Ansó es un Valle pirenaico aragonés, limita con Francia a lo largo de más de 50 kilómetros, y con la Comunidad Foral de Navarra más de 30. Ello lo convierte en un territorio frontera. Su situación estratégica hizo que durante siglos disfrutara de privilegios otorgados por los distintos reyes aragoneses, ello forjó el carácter y la forma de vivir de sus gentes.
Sus habitantes se dedican al turismo, los servicios, la ganadería de montaña y la explotación forestal. Todo ello hace que el nivel de desempleo sea mínimo y que la población joven se pueda asentar en el territorio.
Ansó ofrece al visitante Naturaleza. Su extenso territorio alberga al Norte el Parque Natural de los Valles Occidentales y al Sur; el paisaje protegido de las Foces de Fago y Biniés, donde se pueden practicar todas las actividades relacionadas con la alta y media montaña.
Patrimonio arquitectónico; Ansó conserva uno de los cascos urbanos mejor conservados del Pirineo Aragonés, y fue declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón como conjunto arquitectónico, basado en materiales nobles como la piedra, la madera y la teja propios del territorio.
Patrimonio Cultural; Ansó conserva uno de los trajes tradicionales más ricos y variados de España. Su fiesta de Exaltación fue declarada Bien de Interés Turístico Nacional. Su gastronomía basada en las carnes procedentes de las razas autóctonas de la zona, las migas de pastor, la caza y las setas son un buen reclamo para el turista.
Disponemos de una red de puntos de información y de museos que ofrecerán a quien nos visite la posibilidad de un primer acercamiento a todo lo que somos.
Eventos
Descubre los últimos eventos de Los Pueblos más Bonitos de España
Evento en: Ansó
A Ansó puedes llegar desde el pueblo de Hecho del que le separan trece kilómetros, o si te apetece puedes recorrer el paisaje protegido de la foz de Biniés por la carretera local A-1602. La expresión “foz” es aragonesa, se identifica con la castellana “hoz”, y eso es lo que te vas a encontrar, una garganta que avanza paralela al río Veral, con un impresionante desfiladero a lo largo de tres kilómetros. Y si todavía no te ha llamado la atención el color del agua en el Pirineo, seguro que lo hará en este lugar.
Ansó, es un pueblo montañés del que tendrás unas estupendas vistas panorámicas a la entrada del pueblo -desde el cuartel de la guardia civil- y desde la carretera que te lleva a Fago. Te recomendamos que te des un paseo por sus estrechas calles de piedra, y te fijes en los detalles de la casas, sus pequeñas puertas, sus ventanas abuhardilladas, y sus grandes chimeneas y tejados. Y es que su casco urbano constituye Bien de Interés Cultural.
Saliendo de Ansó te encontrarás con la carretera que te lleva al Valle de Zuriza. La distancia a Zuriza es de doce kilómetros, es un camino llano, que acompaña al río Veral, y que de nuevo avanza entre montañas, es casi inevitable, al fin y al cabo estás en pleno Pirineo. En Zuriza hay un camping con zona de acampada, bungalows y albergue, que se halla en un antiguo edificio militar del S. XIX.
Desde allí tienes múltiples rutas que ya te iremos contando y de las que te avanzamos dos de ellas. Si te apetece adentrarte en un bosque de hayas, bajo las crestas del circo Alano-Espelunga lo puedes hacer por la ruta que va hasta el puente del vivero. Se trata de un recorrido de dificultad media de seis kilómetros que se encuentra indicado.
Y si lo que te apetece es acercarte a la alta montaña puedes llegar hasta el Achar de Alano. Se trata de un recorrido más exigente, en su tramo final tendrás que salvar un desnivel de 650 m. Verás indicada la pista de Tacheras, hasta el final de la misma puedes ir en coche. Desde allí puedes seguir la pista, o coger los atajos señalizados con montículos de piedras (cairns), hasta llegar a la zona donde ya no existen especies arboreas. Desde allí sale un sendero ascendente que te lleva hasta la base del Achar de Alano (2.099 m) y los pastos alpinos de Peña Forca.
Continuando la carretera y dejando atrás Zuriza llegas a la estación de Linza, donde te encontrarás un refugio y una estupenda estación para practicar esquí nórdico.
Volviendo a Ansó, puedes aprovechar y visitar Fago, del que te separan siete kilómetros, siendo no sólo uno de los pueblos más occidentales del Pirineo Aragonés sino también uno de los más pequeños, contando con veintinueve vecinos empadronados en el año 2012. Y es que Fago parece que se esconde.
Si comenzamos esta excursión recorriendo la Foz de Biniés, podemos terminarla de la misma forma, con un recorrido por la bella Foz de Fago, garganta profunda de paredes de calizas y areniscas, donde se puede practicar barranquismo.
La rica gastronomía del Pirineo aragonés
A muchos viajeros les encanta visitar los lugares que les ofrecen una rica y variada gastronomía. Así que si tienes intención de hacer un viaje en el que prime la comida por encima de cualquier cosa, tienes que venir al Pirineo aragonés. Aún siendo una cocina sencilla, la gastronomía del Pirineo tiene mucho que ofrecerte, sobre todo, en productos frescos y sacados de la tierra como el famoso tomate rosa de Barbastro, la borraja, el cardo o el bisalto.
Los amantes de las verdura están de suerte. La borraja y el cardo son dos de las especialidades que no te puedes perder, y puedes probarlas cocinadas de muy distintas maneras. Cuando llegue el frío no dejes de probar un buen plato de cardo con bacalao. Se prepara con un poco de harina, bacalao desmigado, ajos y unas hebras de azafrán. ¡Te chuparás los dedos!
¿Conoces el tomate rosa de Barbastro? es el producto estrella del municipio y está considerado como el más rico del mundo. La temporada de cultivo se concentra entre los meses de julio a septiembre, así que aún puedes probarlo. Se caracteriza por una piel muy fina y un color rosado que tiene detrás a toda una Asociación de Hortelanos Tradicionales de la Huerta en el Alto Aragón que avala su calidad y lucha por su mantenimiento. Con un cierto aroma, mucha carne y un toque dulce es un producto único e inconfundible, que se ha ganado el puesto de honor en la gastronomía pirenaica.
Por supuesto, también en lugar destacado está el vino con Denominación de Origen del Somontano, que, desde sus orígenes, en 1984, no ha dejado de sorprender. Su éxito es tan grande, que cada año se celebra, a principios de agosto, un festival en su nombre, en el que el vino y los grandes conciertos son los protagonistas.
Y ahora que se aproxima el otoño, no nos olvidamos de las setas de cardo y los níscalos o robellones, típicos del otoño. Visitar el Pirineo Aragonés es disfrutar de su cocina. ¡A comer
Los pueblos más bonitos del Pirineo de Huesca
El Pirineo está lleno de preciosos pueblos. Muchos de ellos son visitados por miles de personas cada año, tanto en la temporada de invierno como en verano, mientras otros permanecen ocultos a los ojos de la mayor parte de visitantes. Hay pueblos medievales, pueblos de imponentes casas de piedra con escudos en su fachada, pueblos que han resurgido de sus cenizas tras años de abandono… Hoy te proponemos un recorrido por algunos de los rincones más bonitos del Pirineo de Huesca.
Lanuza. Este precioso pueblo está ubicado en el valle de Tena, muy cerca de las estaciones de Formigal y Panticosa. Imagina un pequeño núcleo de casas de piedra y tejados de pizarra, entre las que destaca la torre de la iglesia, al borde mismo de las aguas de un pantano -que en su día cubrió parte del pueblo e hizo que este quedara abandonado- y rodeado de imponentes montañas. Es la historia de uno de tantos pueblos abandonados de España, como Jánovas o Ainielle también en el Pirineo, aunque en este caso el pueblo ha sido recuperado y reconstruido por los vecinos, y ahora puedes incluso alojarte en alguno de los hoteles y casas rurales que se han habilitado. Allí se celebra el festival Pirineos Sur, una cita musical y mestiza que se organiza cada mes de julio en un escenario que flota sobre las aguas del pantano ¡Una experiencia única!
Aínsa. Un paseo por las empedradas calles de este precioso municipio de trazado medieval, declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1965, te dejará sin habla. Por algo es uno de los lugares más visitados del Pirineo y aparece en todos los ránkings de los pueblos medievales más bonitos. Su impresionante castillo, su Plaza Mayor y su iglesia son las grandes señas de identidad de este pueblo amurallado. Pero hay muchos detalles en los que fijar la vista, los blasones de piedra en las fachadas, los curiosos llamadores fálicos, las preciosas puertas de madera… ¡Piérdete por sus callejas medievales y disfrútalo!
Torla. Si has visitado el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es probable que hayas visto Torla, ya que está junto a la entrada principal del parque. Seguro que te ha impresionado la imagen de las casas y la torre de la iglesia con su tejado de pizarra con la gran mole del Mondarruego detrás. La próxima vez te aconsejamos hacer una parada y recorrer las callejuelas de este pueblo de trazado medieval. Al igual que Aínsa, Torla también ha sabido conservar su arquitectura, con calles empedradas y grandes casas señoriales de gruesos muros de piedra, entre las que destaca Casa Viu, declarada Monumento Histórico Artístico.
Anciles. Este pequeño pueblo del valle de Benasque, a apenas tres kilómetros de Benasque y desde donde se puede llegar dando un paseo junto al río, es un remanso de paz, sin ruido de coches, sin tiendas ni bares. Allí sólo viven alrededor de 150 personas, en espectaculares casas solariegasconstruidas entre los siglos XVI Y XVIII y cuidadosamente rehabilitadas. En los patios de algunas de ellas todavía se pueden ver los tradicionales carros de madera y otros utensilios que se usaban para las tareas del campo. Los prados que rodean al pueblo, siempre verdes, están llenos de manzanos. ¡No dejes de probar las tradicionales manzanas rojas del pueblo!
Desde el Pirineo… a cualquier rincón del mu
Las mochilas viajeras de Viaje al Pirineo están imparables. Tan pronto nos llegan fotos de mochilasdesde lo alto de una cumbre como en una tranquila playa o un zoco marroquí. Incluso han llegado a las playas de Costa Rica!
Nos encanta recibir fotos de fans del Pirineo con su mochila a cuestas. Puedes ver aquí todas las fotos que hemos publicado desde que pusimos en marcha esta iniciativa. Y cada vez sois más. Irene, Pablo, Claudia y Blanca posaron con sus mochilas infantiles en la Ciudadela de Jaca, Marcelo y Jose se la llevaron a Astún, Carlos al ibón de Ip; Jorge, Jose y Martina a la Cruz de Oroel, Tere al ibonet de Batisielles, Toña al ibón de Plan, Fernando a Bergosa, Nacho a Cantabria, Loreto y Juan Carlos a las playas almerienses, Javi al precioso pueblo salmantino de Candelario… La lista es interminable.Por eso hemos preparado algunos collages para que puedas verlas todas.
Hasta el mono de la famosa marca de anís se ha colgado la mochila de Viaje al Pirineo! Eso fue cosa de Maica, que también exhibió su mochila por el Pont del Petroli y otros lugares de Badalona. Y hablando de playas, las de Costa Rica fueron el escenario perfecto para que Nuria y Yolanda lucieran sus coloridas mochilas. Y no solo en la playa, también las llevaron a la selva! Y, de vuelta al Pirineo, las mochilas viajeras han recorrido ibones, pueblos abandonados, frondosos valles y nevadas cumbres.
Fernando Rivero, incansable montañero, ha recorrido Ordesa con su mochila y nos ha mandado fotos desde la Faja de las Flores, pero también desde el collado del Foratón, la cumbre de Oroel, la ermita de Santa Orosia o el pueblo abandonado de Bergosa. Y los más pequeños de esta gran familia viajera posaron encantados con sus mochilas en la ciudadela. Esperamos que hagan muchos viajes con ellas.
Nos encanta ver nuestras mochilas por rincones tan variados, así que os animamos a todos a seguir enviándonos fotos con las mochilas por cualquier rincón del mundo. Y os dejamos disfrutando de la fotogalería que hemos preparado con algunas de las fotos de las mochilas viajeras.
RightLeft
No hay comentarios:
Publicar un comentario