jueves, 27 de septiembre de 2018

El Reino de Aragón y la Corona de España



El Reino de Aragón y la Corona de España



Acuerdo de Villafáfila



Una nueva dinastía: los Austrias

Con el matrimonio de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla se produjo la unión dinástica de ambas coronas, aunque cada una conservó sus propias leyes e instituciones, sus monedas, costumbres y su frontera delimitada. Seguían siendo dos coronas distintas, pero gobernadas por los mismos reyes.
Una de las características de la política de los Reyes Católicos fue la realización de una serie de alianzas matrimoniales con otros estados europeos. Así, sus hijos se instalaron en los tronos de Portugal y de Inglaterra. Para las coronas castellana y aragonesa el gobierno iba a recaer en las manos de Juana, apodada la loca, que casó con Felipe el hermoso, hijo del emperador Maximiliano de Austria.


Tras la muerte de Isabel, el traspaso de poderes en Castilla de Fernando a Felipe el hermoso se produjo en 1506 por el Acuerdo de Villafáfila, entonces el católico regresó a sus territorios patrimoniales de Aragón casando con Germana de Foix, para buscar un heredero al trono que implicaría la ruptura de la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón. Pero esta nueva situación duró poco tiempo, ya que Felipe murió enseguida y Fernando se tuvo que ocupar de la regencia castellana. En cuanto al heredero para Aragón, en 1509 nació Juan de Aragón, que no sobrevivió más que unas horas.

Fernando II murió en 1516 en tierras castellanas y dejó en testamento sus reinos a su hija Juana, que fue apartada rápidamente del trono en favor de su hijo Carlos I, lo cual supuso el advenimiento de una nueva dinastía para las dos coronas: la Casa de Austria.
Inicialmente, Carlos I fue considerado en Aragón como un rey extranjero. Nació en Flandes y fue educado en la corte imperial por su abuelo paterno Maximiliano. En él confluyen tres grandes herencias patrimoniales muy heterogéneas, la centro-europea de los Habsburgo por su citado abuelo paterno, la borgoñona de su abuela paterna, y la Trastámara hispánica procedente de su madre Juana. Pero a eso hay que añadir la incorporación durante su reinado de amplios espacios en las Indias Occidentales (América), y el atisbo de las grandes posibilidades que entrañó el primer viaje de alrededor del mundo, entre 1521 y 1523.
Carlos I no había pisado Aragón hasta su llegada para jurar los fueros y no conocía ni su lengua, costumbres, ni forma de ser y de pensar. Por esta razón, tanto castellanos como aragoneses preferían a su hermano el infante don Fernando, nacido y educado en la Península. Esto derivará en los problemas con los comuneros en Castilla y las germanías en Valencia y Mallorca, imponiendo el rey su autoritarismo. Sin embargo, los éxitos internacionales del monarca y las escasas exigencias al reino harán que sea finalmente un rey querido.
El rey y su reino...    Las estancias de Carlos I en Aragón
Escudo de Carlos I, procedente del Bocal del Canal Imperial de Aragón
Escudo de Carlos I, procedente del Bocal del Canal Imperial de Aragón
En su primera estancia en Zaragoza, adonde llegó para jurar los fueros aragoneses, estuvo alojado en la Aljafería durante ocho meses entre 1518 y 1519. En esa primera estancia se ratificó el acuerdo del viaje de Magallanes que acabaría con la primera vuelta al mundo.
Las visitas del rey eran aprovechadas para reunir las Cortes aragonesas. En 1528 se celebraron en Monzón, prorrogándose en Zaragoza. En esta estancia se gestó el Tratado de Zaragoza, por el cual se solucionó el problema con Portugal por la posesión de las Islas Molucas. Pero fue más importante para los aragoneses el inicio de las obras en 1529 de la Acequia Imperial de Aragón, aprobadas por el monarca. 
Volvieron a celebrarse Cortes en Monzón en cinco ocasiones más, de las cuales como edictos importantes para Aragón se pueden extraer el de la creación de la Universidad de Zaragoza (1542) o la nueva compilación de los Fueros y el de la figura del cronista del reino (1547).

Pendón de Aragón en el cortejo fúnebre del emperador
Pendón de Aragón en el cortejo fúnebre del emperador
En general, en la primera mitad del siglo XVI se vivió en Aragón un buen momento social y económico. La medida que más afectó a la sociedad aragonesa fue la de la conversión de los mudéjares en 1526. A partir de este bautismo forzoso se les pasará a denominar moriscos. Inicialmente la intención era asimilar e integrar a esta minoría, sin embargo supuso la creación de un problema que se engrandecerá en las décadas siguientes.







La cultura del siglo XVI: el Renacimiento (I)

Portada-retablo renacentista de Santa Engracia, donde fueron representados los Reyes Católicos como donantes
Portada-retablo de Santa Engracia
El Renacimiento es la corriente cultural iniciada en las cortes italianas en el siglo XIV caracterizada por convertir al hombre en el centro de sus miras y preocupaciones (antropocentrismo), en contraste con la sociedad teocrática anterior, y porque revitaliza la cultura de la Antigüedad Clásica grecolatina. A esta corriente que se replantea todo el conocimiento hasta el momento se la denominará humanismo.
En Aragón surgirá a finales del siglo XV con el reinado de los Reyes Católicos gracias a los contactos políticos y comerciales de la Corona con los estados italianos. No olvidemos que Fernando II antes de ser rey de Aragón, lo era de Sicilia. Incluso se podría decir que Italia influyó más en Aragón por su cultura que Aragón en Italia, pese a la ocupación política durante tantos siglos. Según Mateo Alemán, en su novela Guzmán de Alfarache"Zaragoza olía a Italia".

Erasmo de Rotterdam
Erasmo de Rotterdam
No solo llegarán influencias italianas, ya que producto del humanismo, desde el Norte de Europa llegan a Aragón nuevas corrientes de pensamiento religiosas que se replantean algunas de las doctrinas del catolicismo más ortodoxo. Esta nueva filosofía fue iniciada en el círculo de Erasmo de Rotterdam (1469-1536) quien promueve una religiosidad anticeremonial, personal, basada en la sencillez primitiva y en la fidelidad a las fuentes escritas antiguas. Erasmo inspirará al alemán Martín Lutero para realizar la Reforma protestante de la Iglesia.

Oficina de comerciantes representados en un grabado
Oficina de comerciantes
El hecho es que la capital aragonesa vivió en este tiempo un periodo de esplendor mercantil por la multitud de contratos que se registran en el Archivo de Protocolos y por la cantidad y espectacularidad de palacios y obra civil construida en esta época. Un buen número de comerciantes extranjeros visitaban continuamente la ciudad, y con estos, llegaron también impresores, artistas y constructores de toda Europa, otorgándole a la ciudad un aire cosmopolita. Aragón era un importante cruce de caminos entre el Mediterráneo y la Meseta castellana, y las relaciones entre ambos lados de los Pirineos eran mucho más fluidas de lo que son en la actualidad.
Para encontrar los precedentes al Renacimiento aragonés debemos remontarnos a la Corte de Alfonso V en Nápoles a mitad de siglo XV, en donde se rodeó de artistas y poetas. Pese a que esta corte no tuvo continuidad tras la muerte del rey, dejó una profunda huella que daría sus frutos varias décadas más tarde. Ese momento surgió en torno a la figura del arzobispo zaragozano Don Alonso de Aragón (1470-1520), hijo ilegítimo de Fernando el católico y el verdadero gobernante en las largas ausencias del monarca.
Crónicas de Lucio Marineo Sículo
Crónicas de Lucio Marineo Sículo
Este arzobispo se rodeó de humanistas italianos como Lucio Marineo Sículo o Antonio Geraldini que crearon una escuela literaria con figuras como Gaspar Barrachina, Alonso de Segura, el médico y poeta latino alcañizano Juan de Sobrarias; Gonzalo García de Santamaría, traductor de obras latinas y autor de obras históricas de ascendencia judía; o Pedro Manuel de Urrea, perteneciente a la Casa de Aranda, cuyo Cancionero es la obra aragonesa más personal y de mayor valor literario del siglo.
En otras artes y estudios humanísticos de esta primera generación destacan personajes como el zaragozano Andrés de Li, autor del Repertorio de los tiempos. Un poco posterior es el científico y filósofo Gaspar Lax de Sariñena, autor de obras que en su tiempo fueron destacadas y que llega a ostentar una cátedra en la Sorbona. Además, en un lugar preeminente hemos de colocar a la figura del matemático Pedro Sánchez Ciruelo, natural de Daroca que vive entre 1470 y 1550.
Una figura universal...    Miguel Servet
Casa natal de Miguel Servet en Villanueva de Sijena
Casa natal de Miguel Servet en Villanueva de Sijena
Un espacio aparte merece Miguel Servet (1511-1553) por la universalidad de su figura en el campo de la ciencia y lo personal de su pensamiento religioso, que lo llevó a su condena a morir en la hoguera.
Miguel Servet nació en la localidad oscense de Villanueva de Sijena en 1511. Puede considerarse el sabio aragonés por excelencia de la época, ya que dominaba diversos campos del saber, escribiendo sobre lenguas clásicas, filología bíblica, astronomía, geografía, matemáticas, medicina, psicología, filosofía, historia y teología.
Miguel Servet
Miguel Servet
De sus primeros momentos es de reseñar la influencia de Juan de Quintana, confesor del emperador, con quien viajaría a la Corte y le enseñaría los ideales humanistas. Asistió a la coronación imperial en Bolonia y fue testigo en la Dieta de Augsburgo, donde se produjo la ruptura definitiva entre el catolicismo y protestantismo.
En ese ambiente se impregna de todas las corrientes reformistas de la iglesia y por sus primeras publicaciones será perseguido por la Inquisición y los propios reformadores. En los años treinta inició un itinerario por Francia. En 1541 llegará a Vienne del Delfinado, donde desarrollará su obra teológica más importante y pasará el final de su vida hasta que es delatado a Calvino, quien en Ginebra lo condenará en 1553 a morir en la hoguera.
Portada de la Apología contra Fuchs
Portada de la Apología contra Fuchs
Su obra más famosa es la Restitución del Cristianismo, donde expresa su opinión sobre la Trinidad y la necesidad de retornar a los orígenes del cristianismo, sin unos estamentos eclesiales, especialmente el papal, solo preocupados por la riqueza mundana. Fue acusado de panteísta, por considerar simplificadamente que Dios está en todas las cosas, y también se advirtió conducta herética al opinar que el hombre no pecaba hasta la edad adulta y por eso no podía bautizarse hasta la madurez y en plena consciencia, igual que Cristo. Por todo este pensamiento fue juzgado por el también reformador Calvino a la hoguera en Ginebra.
En cuanto a la faceta científico-médica escribió la Apología contra Fuchs y el Tratado de los jarabes, en donde se revela su tendencia al vegetarianismo, a la cura por medios naturales como el sueño y los masajes, y unos grandes conocimientos farmacológicos. También encontramos más teoría médica en su libro Defensa de la astrología, pero el gran mérito científico de Servet estriba en su descubrimiento de la circulación menor o pulmonar de la sangre descrito en su Restitución del Cristianismo, entre sus teorías teológicas. Hoy está fuera de duda que Ibn an-Nafis ya la había consignado en 1245 en El Cairo, pero no tuvo repercusión en la comunidad científica occidental, al contrario que la obra del aragonés, de allí su mérito y el lugar que ocupa en la historia.

Tema 3. La cultura del siglo XVI: el Renacimiento (II)

Grabado donde se representa una imprenta del siglo XVI
Taller de imprenta del siglo XVI
La rápida propagación cultural del humanismo fue posible gracias a la invención de la imprenta, que en Aragón contó con una gran implantación. De hecho, el primer libro impreso en España se realizó en un taller zaragozano en 1475; se trata del Manipulus curatorum de Guido de Monterotherio, editado por el alemán Mateo Flandro.
Inicialmente, los primeros impresores provenían del Norte de Europa. Esos son los casos de los hermanos Juan y Pablo Hurus, Enrique Botel o Leonardo Hutz entre otros. Además en esta primera etapa de la imprenta destaca el italiano Jorge Coci. A estos hay que añadirles en pleno siglo XVI a los impresores Pedro Hardouin y su viuda, Juana Millán, Pedro Bernuz, Bartolomé de Nájera o Diego Hernández.
Anales del Reino de Aragón de Jerónimo Zurita
Anales del Reino de Aragón de Jerónimo Zurita
De la imprenta turolense hay que decir que en Híjar ya existía un taller desde la temprana fecha de 1485 regentado por judíos conversos y de la oscense, que fue una industria floreciente gracias a la Universidad Sertoriana.
La vida cultural aragonesa se enriquece en la segunda mitad del siglo XVI. Aquí reseñaremos a varios personajes que destacaron en distintos campos del saber: Jerónimo Zurita, Antonio Agustín Albanell y Martín Cortés de Albácar.
El cargo de cronista del reino fue creado por las Cortes de 1547 recayendo sobre Jerónimo Zurita. Ocupó otros cargos como el secretariado del Santo Oficio de la Inquisición, con los que pudo compaginar la redacción de su obra magna, los Anales de la Corona de Aragón, que realizó durante treinta años y cuyo último volumen se editó el mismo año del fallecimiento de su autor (1580). En esta obra se hace un repaso de la historia aragonesa desde la invasión musulmana y el surgimiento de los condados pirenaicos hasta Fernando II el Católico.
Antonio Agustín Albanell
Antonio Agustín Albanell
Antonio Agustín Albanell es uno de los más importantes polígrafos humanistas. Doctorado de los dos derechos (civil y canónico) es filólogo, poeta, biógrafo, teólogo, historiador y jurista. De sus publicaciones destacan especialmente las de derecho canónico y Numismática siendo su obra maestra el Diálogo de medallas, inscripciones y otras antigüedades. Fue una figura influyente en la cultura europea, ya que viajó constantemente por ser auditor de la Rota romana y nuncio del emperador Carlos V en Inglaterra y en Viena. En el concilio de Trento jugó un papel destacado para acabar su vida como arzobispo de Tarragona hasta 1587.
Martín Cortés de Albácar, nacido en Bujaraloz, es uno de los más destacados científicos por sus descubrimientos aplicados a la navegación. Desarrolló la mayor parte de su carrera científica en Cádiz, al auspicio de la Casa de Contratación que supervisaba los viajes a América.
Grabado de El arte de navegar
Grabado de El arte de navegar
Hasta ese momento la orientación de la navegación se realizaba por el avistamiento de la costa, pero ahora con la navegación a largas distancias se hizo necesaria una nueva técnica basada en las observaciones astronómicas, en la brújula y en las cartas marinas. Cortés la expuso en su libro Breve compendio de la Sphera y de la arte de navegar (Sevilla, 1551) y para que nos demos cuenta de la trascendencia que tuvo, en ese mismo siglo, fue traducida en siete ediciones más al inglés.

 

Pedro Cerbuna
Pedro Cerbuna
La institución...    La Universidad de Zaragoza
El Privilegio otorgado por Carlos I en las Cortes de Monzón en 1542 establecía la creación de una universidad en la capital aragonesa. Pero, debido a la falta de inversión por parte del Concejo y la Diputación del Reino, los pleitos con la Universidad de Huesca (que veían peligrar así su existencia) y las diferencias entre el cabildo y concejo zaragozano, la Universidad no llegaría a ver la luz hasta 1583 por la iniciativa de Pedro Cerbuna. Éste, posteriormente, fue designado obispo de Tarazona, y aportó los medios económicos necesarios para acondicionar el edificio del viejo Estudio de Artes y para dotar de unos estatutos a la Universidad, que tomó como modelo a la Sorbona de París.


Ermita del Calvario de Borja
Ermita del Calvario de Borja
En un apartado distinto a los que se están tratando hay que hacer una reseña del arte renacentista. En cuanto a la arquitectura, especialmente en la religiosa, mantiene las mismas formas que provenían de los estilos Gótico y del Mudéjar y lo italiano adquiere a menudo un carácter superficial, en algunos casos relegado a las portadas de tipo retablo como en el monasterio de Santa Engracia (Zaragoza), en Santa María de Calatayud o en la parroquial de Andorra. Este apego a la tradición se ve en edificios como en la colegiata de Bolea, o en las catedrales de Barbastro y de San Salvador de Zaragoza con bóvedas estrelladas sobre las novedosas plantas de salón (con naves a la misma altura), o en torres como la Torre Nueva, que acogía el reloj de la ciudad o la de Utebo. En arquitectura religiosa siguen el estilo italiano edificios como la ermita del Calvario de Borja con original planta circular o la torre de la iglesia de Pertusa, cercana a Huesca, en donde se disponen en altura todos los órdenes clásicos de columnas.
Portada del palacio de los Condes de Morata en Zaragoza
Palacio de los Condes de Morata
Sin embargo, la arquitectura civil, menos apegada a la tradición, sí se puede considerar plenamente renacentista y original. Entre estos edificios hay que destacar las casas consistoriales y los palacios, con numerosas muestras en todo Aragón, destacando el palacio de Zaporta (o de la infanta), el de Morata o el de los Morlanes en Zaragoza. Normalmente estos palacios siguen una misma tipología con fachadas de ladrillo, zócalo de piedra sillar, galería superior de arcos y aleros de madera ricamente trabajada. Además todas las dependencias están estructuradas en torno a un patio central que puede contener una rica decoración como en el caso paradigmático del Palacio Zaporta.
Las casas consistoriales son una derivación de los palacios y hay que destacar la construcción de las de Alcañiz, Borja, Jaca, Uncastillo o Valderrobres, entre otras.
Casa Consistorial de Tarazona
Casa Consistorial de Tarazona
Las lonjas son otro tipo de edificio civil que se hace a imagen de los palacios. En Aragón destaca la construcción de la de Tarazona, cuya decoración es espectacular con relieves de Hércules (reedificador mitológico de la ciudad), Caco (su cueva se encontraba en el cercano Moncayo) y Pierres con su maza; y en el primer piso, rematado por un friso que representa la entrada triunfal de Carlos V en Bolonia en 1530 para ser coronado emperador. Su uso se cambió con el tiempo y hoy es sede del ayuntamiento. La otra lonja destacada es la de Zaragoza, iniciadas las obras en 1541 por Juan de Sariñena, por orden del arzobispo don Hernando de Aragón para acoger a los mercaderes de la ciudad, que hasta la fecha realizaban sus tratos en la Seo. Se remató el edificio en 1554, cuya forma es muy similar a los palacios florentinos del siglo XV pero en ladrillo y estuco. La planta superior acogió la armería de la ciudad.
La Santísima Trinidad de la catedral de Jaca, obra de Juan de Ancheta
La Santísima Trinidad de la catedral de Jaca, obra de Juan de Ancheta
La escultura por su parte vivió un periodo brillante en el siglo XVI, sobre todo de temática religiosa, realizándose espléndidos retablos o sillerías de coro. En cuanto a su estilo, es más bien conservador, de influencia más gótica que italiana, con el uso de oros y policromía. Destacan artistas excepcionales como Gil Morlanes padre, el valenciano Damián Forment, el francés Gabriel Yolí o el italiano Juan de Moreto. Las formas más típicas renacentistas italianas las realizará Juan de Ancheta, muy influido por la escultura de Miguel Ángel.
La pintura alcanzó también cotas muy notables, aunque quizá inferiores que las de la escultura. Los pintores van asociados a la protección de los mecenas como es el caso de Jerónimo Cosida, consejero artístico del arzobispo don Hernando de Aragón, o el flamenco Rolán de Mois, traído por el duque de Villahermosa, don Martín de Gurrea y Aragón para trabajar a su servicio.
Retablo de la Virgen, obra de Cosida
Retablo de la Virgen, obra de Cosida
Se usará la técnica del óleo sobre tabla hasta final de siglo, en que se generaliza el lienzo con décadas de retraso. Además destacan artistas como Pedro de Aponte y el Maestro de Sijena en una primera etapa de introducción de las formas renacentistas, en una segunda época donde se inicia el manierismo destaca el propio Cosida, los italianos Tomás Peliguet y Pietro Morone, y dominarán la escena de final de siglo en Aragón los flamencos Pablo Schepers y Rolán de Mois, quien realizó excelentes retratos.
Para finalizar hay que decir que la iconografía durante el siglo XVI fue sobre todo religiosa, pero la penetración del espíritu humanista hizo posible una renovación de la temática tradicional acudiendo a las fuentes clásicas y la mitología.

Construcciones para el hombre…    El agua y la ingeniería del siglo XVI
En esta preocupación renacentista por el hombre, también existe una preocupación por hacerle más llevadera su vida cotidiana. Ahora, ya no solo se realizan grandes obras para el beneficio de la vida espiritual como las catedrales medievales. También se inician unas construcciones públicas civiles como estas obras de ingeniería hidráulica que aquí se exponen.
Bocal de la Acequia Imperial
La Acequia Imperial de Aragón
Acequia de riego, precursora del Canal Imperial, construida a expensas de Carlos I desde 1529 con el propósito de mejorar y extender los riegos de la huerta meridional de Zaragoza. El proyecto fue concebido y realizado por Gil Morlanes el joven, situando la embocadura cerca de Fontellas (Navarra), en el paraje denominado El Bocal. Esto originó problemas de jurisdicción ya que Navarra era, como Aragón, un reino soberano.
Problemas técnicos y el elevado coste de las obras impidieron que llegara a su fin. En este tiempo se construyó el azud, un edificio con la residencia del gobernador de la Acequia y las compuertas para el agua (el hoy llamado 'Palacio de Carlos V').
La obra se finalizaría en el siglo XVIII por el impulso de Pignatelli.
Acueducto-viaducto de Pierres Vedel en Teruel
Los Arcos de Teruel y de la Mina de Daroca
Las dos obras que citaremos a continuación fueron proyectadas por el francés Pierres Vedel. Se trata del acueducto-viaducto de Los Arcos en Teruel y de la Mina de Daroca. En el primero de ellos, el ingeniero trazó dos espléndidos órdenes de arquerías semicirculares, la superior para las aguas, la inferior para viandantes (1537-58), así que cumple las funciones de abastecimiento de agua potable y del tránsito peatonal sobre el gran barranco que separa a la ciudad del arrabal.
En Daroca, Vedel puso solución a las frecuentes inundaciones que sufría la ciudad al estar enclavada en una zona de confluencia de barrancos. Taladró una montaña con un túnel abovedado en medio cañón, que mide más de un kilómetro, junto con un muro que derivaba las aguas hacia el túnel, con el fin de desviar las aguas que inundaban la ciudad (1555-60).
Estos son los ejemplos más destacados de ingeniería hidráulica pero no los únicos: de 1552 data la prolongación del Canal de Tauste y en 1593 se construía en Caspe el azud de La Herradura, entre otros.

 El autoritarismo de la monarquía

Felipe II de Castilla, I de Aragón
Felipe II de Castilla, I de Aragón
Felipe II de Castilla y I de Aragón, aunque a partir de ahora tomaremos la denominación castellana para evitar posibles equívocos, fue educado en la corte castellana. Cuando accedió al trono contaba ya con una amplia experiencia en el gobierno ya que desde 1543 fue regente y presidió las Cortes aragonesas de 1547 y 1553, reinando su padre todavía.
Su reinado supuso la última y definitiva etapa de imposición del autoritarismo regio de signo castellano sobre el régimen constitucional medieval aragonés que culminó en las Cortes de 1592.
Con la llegada de los Austrias, el reino aragonés perdió toda participación en los destinos de la nueva monarquía. Como parte del imperio, el reino estaba sometido a la estrategia que en cada momento exigía el mantenimiento de tan vastos territorios sin recibir nada a cambio. El poderío demográfico y económico de Castilla, muy superior al de la Corona de Aragón, y sobre todo al del reino aragonés, se vio poderosamente acrecentado por la llegada de los metales preciosos del Nuevo Mundo, así que poco a poco fue incrementándose la castellanización de la monarquía.
Compilación de fueros de Aragón realizada por Miguel de Molino
Fueros de Aragón: Miguel de Molino
Para gobernar todo su Imperiorepartido en colonias por todo el mundo, Felipe II necesitaba un régimen autoritario, así que resultaba muy difícil que fuera respetuoso con los Fueros. Los conservó, pero en modo alguno gobernó de acuerdo con ellos. Esto originó una oposición aragonesa de los estamentos políticos desde la Diputación, el Justiciazgo y las Cortes.
Desde la época de Carlos I, los reinos que integraban la Corona de Aragón dejaron de actuar solidariamente, integrándose en la unidad más amplia que era la Corona de España. Sólo la permanencia en la corte del Consejo de Aragón, que trataba los asuntos de Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca y Cerdeña, recordaba la existencia de la vieja realidad política, pero con escasos poderes que se irán recortando con el paso del tiempo.
El malestar entre las clases dirigentes fue creciendo contra el monarca como se constata en las Cortes de 1563 y 1585, mientras tanto la sociedad está viviendo un momento convulso.
Se producen levantamientos de los vasallos contra sus señores en Ariza, Ayerbe, en Monclús o las más graves de Ribagorzadonde tomaron parte los bandoleros mercenarios contra el conde, de la familia Gurrea y Aragón. Lo que era inicialmente una lucha del campesinado contra su señor tomó tintes políticos, ya que fueron apoyados los primeros por la monarquía, porque así el condado más grande de Aragón pasaba a manos del rey.
Se generaliza el bandolerismo gracias al aumento de población, la subida de precios, las carestías y hambres periódicas típicas de las sociedades rurales. Además a eso hay que añadir una extensa zona despoblada en Aragón, la inseguridad de sus caminos y la carencia de un cuerpo armado que los defendiera. La imagen mitificada que se tiene de los bandoleros no se corresponde con la realidad en la mayoría de los casos, siendo personajes muy crueles y violentos. Para solucionarlo se creó la Guardia del Reino en 1572, una especie de cuerpo de policía para defender los caminos bajo las órdenes de los diputados aragoneses, y la figura del Justicia de las Montañas. La realidad es que tuvo escasa utilidad, ya que la mayoría de los bandoleros pudo encontrar refugio en tierras de señorío o en otros reinos, donde eran inaplicables los fueros aragoneses y la Guardia no tenía jurisdicción.
El bandolero...    Lupercio Latrás
Ajusticiamiento público de bandoleros
Ajusticiamiento de bandoleros
Uno de los bandoleros más famosos del siglo XVI fue Lupercio Latrás, hijo de infanzones, que fue acusado de un asesinato en su Echo natal en 1579, y condenado a muerte logra eludir la justicia hasta que en 1583 es perdonado a cambio de ingresar en los tercios. Sirvió como espía en Bearn, al mismo tiempo que cometía actos de bandidaje por los valles pirenaicos y Somontano oscense.
En 1588 ofrece sus servicios como mercenario al Conde de Ribagorza. Se dirigió a la ribera del Ebro en busca de refuerzos, cooperando con pastores tensinos en el saqueo de Codo y en la matanza de más de doscientos moriscos en Pina. Las autoridades tampoco pudieron impedir su ocupación de L'Aínsa y comenzaron a perseguirle más de cerca.
Otra vez más se le volvió a amnistiar, enviándolo como espía a las cortes de Francia e Inglaterra. Cumplido su cometido y en su regreso, Lupercio fue capturado por las tropas del rey y fue ajusticiado en secreto en el alcázar de Segovia.
También se plantearán conflictos sociales entre familias nobles de distintos lugares, entre concejos vecinos o entre los montañeses (junto con los bandoleros) y los moriscos de la Tierra Baja. Uno de los más trascendentes es el conflicto legal por el cual los habitantes de Zaragoza pretendían imponer el Privilegio de los Veinte sobre los Fueros Aragoneses, por tanto no acataban los dictámenes del Justicia Mayor. Daban primacía a un privilegio abusivo concedido por Alfonso el batallador en el siglo XII e insolidario con los demás aragoneses.
Antonio Pérez
Antonio Pérez
Mientras existen esos problemas internos que van minando la sociedad aragonesa, la Inquisición se irá implantando y en 1558 hizo público un edicto por el que se ordenaba el desarme de los moriscos. La nobleza se opondrá, ya que esta comunidad está mayoritariamente bajo su protección y jurisdicción, y se interpretaba que el Santo Oficio se había propasado en sus atribuciones vulnerando los Fueros aragoneses. El desarme debió de tener escasas consecuencias prácticas, pues pocos años después se repitió la orden.
Uno de los últimos capítulos de la imposición de la monarquía sobre los fueros aragoneses se iniciará cuando se ejecuta por orden real a Antonio Martón, montañés natural de Sallent de Gállego que dirigió la matanza de los moriscos de Pina y de Codo, a quien el arzobispo de Zaragoza había garantizado su seguridad personal a cambio de un proceso justo. A esta circunstancia hay que sumarle la llegada al territorio aragonés de Antonio Pérez, antiguo secretario de Felipe II caído en desgracia y encarcelado por la Inquisición, que en 1591 había logrado huir de las cárceles castellanas y se había acogido al Privilegio de Manifestación.











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