sábado, 25 de agosto de 2018

Palacio Real de la Granja de San Ildefonso

Palacio Real de la Granja de San Ildefonso

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“Sea un buen español, es su primer deber. Pero no olvide que es francés de nacimiento”, dijo el Rey Sol, Luis XIV de Francia, al despedirse de su nieto, el duque de Anjou, cuando éste se encaminó hacia España para ocupar el trono como Felipe V. Estas mismas palabras se respiran también en los maravillosos Jardines del Palacio Real de la Granja que, pese a sus muchas características hispanas, palpitan dentro de un corazón francés, embebidos por la nostalgia de la fastuosa  corte gala donde el monarca había pasado sus primeros diecisiete años de vida.
El rey descubrió este fresco rincón (situado a casi 1.200 m) en 1718  en una cacería y se enamoró de él por sus interminables pinares y sus abundantes manantiales de agua cristalina. Era un cobijo perfecto de la árida meseta castellana que le resultaba tan ajena al joven soberano, criado entre los dulces paisajes verdes y húmedos de su país natal. En aquel momento ya existía allí una granja de recreo de los monjes Jerónimos, además de una ermita medieval dedicada a San Ildefonso.
El monarca, que había empezado a sufrir grandes depresiones y otros problemas psicológicos, estaba pensando en renunciar al poder a pesar de su juventud y buscaba un lugar de retiro. Con este fin, empezó a construir el conjunto de palacio y jardines de La Granja de San Ildefonso en 1720. Tres años más tarde estaban ya terminados los apartamentos privados del rey y en enero de 1724 abdicó en su hijo Luis I. Sin embargo, su anhelado retiro duró poco pues a los seis meses falleció su primogénito y sucesor y Felipe V tuvo que volver a asumir el trono hasta su muerte, en 1746. Este cambio de rumbo afectó también a La Granja que inicialmente estaba destinada a ser el asilo de un soberano retirado pero que a partir de ese momento se convirtió en el palacio de un rey reinante y su corte.
Con este fin se ampliaron los jardines del Palacio Real de la Granja que habían sido proyectados por René Carlier inspirados en el trazado de los de Marly, el palacio de recreo de la corte francesa (destruido durante la Revolución). Después de la muerte de Carlier, en 1722, la dirección del proyecto pasó a Esteban Boutelou y a Esteban Marchand. La concepción del diseño en plano lleva, sin duda, el sello galo, basado en un orden riguroso y ejes bien definidos. Sin embargo, las ilimitadas perspectivas de los bocetos quedan interrumpidas por las altas montañas.
Los Jardines del Palacio Real de la Granja se podrían definir como una sucesión de decorados verdes pensados para desplegar un sinfín de espectaculares  piezas escultóricas, realizadas por artistas franceses que anteriormente habían trabajado en el palacio de Marly. Por razones económicas y para ganar tiempo, casi todas las piezas se fundieron en plomo para después barnizarse imitando bronce rojizo o dorado. Las esculturas, que ilustran temas mitológicos, se sitúan –con sus líneas ondulantes y su asimetría– dentro del estilo en boga en ese momento, el rococó.




Pero las verdaderas protagonistas de los  Jardines del Palacio Real de la Granja son las fuentes, que todavía deslumbran al visitante. Para conseguir elevar el agua a grandes alturas por la simple presión, éstas se alimentan de un gran estanque, llamado El Mar, situado en la parte superior de los jardines. Según la tradición, el surtidor de la fuente de la Fama es el más alto de Europa; su chorro de 50 m brota del clarín de la figura femenina de la diosa Fama, que proclama la gloria de la monarquía española. Tanto el rey como su segunda esposa, Isabel de Farnesio, eran grandes cazadores y la figura de Diana, diosa de los cazadores, podría ser un homenaje a la reina, tal como vemos en la espectacular fuente de Baños de Diana, la última que se realizó antes de la muerte del rey, quien al verla correr exclamó: «Tres minutos me has divertido pero tres millones me cuestas». Esta obra estaba inspirada en otra de la corte gala, así como la sucesión de fuentes llamada Carrera de Caballos, que forma una espléndida perspectiva ascendente, está emparentada con el gran canal de Versalles.
Otra huella de la jardinería gala son los setos de carpe (Carpinus betulus) y los tejos (Taxus baccata) recortados, dos especies traídas de Francia que aquí se utilizaron por primera vez en España. A pesar de su inequívoco aire francés, los jardines de La Granja tienen varios rasgos que los ubican dentro de la tradición española, con reminiscencias de la jardinería hispano-islámica, como la falta de grandes perspectivas, la ubicación de un gran depósito de agua en lo alto (El Mar) y los canalillos descubiertos de riego.






También cabe mencionar el jardín de la Botica, un huerto que suministraba hierbas medicinales a la Real Farmacia, y el jardín de la Reina, donde los jardineros italianos de Isabel de Farnesio plantaron frutales que se adaptaban al severo clima del enclave. La reina, que después de enviudar convirtió La Granja en su residencia fija, decía que en invierno el lugar se convertía en un «pastel de nieves». Justamente por sus frescas temperaturas, el palacio de La Granja fue residencia de verano de la corte española hasta las primeras décadas del siglo XX.
En el siglo XIX se introdujeron nuevas especies, como las inmensas secuoyas y cedros que nada tienen que ver con el espíritu original de los jardines. Recientemente se ha restaurado el laberinto dieciochesco elaborado con setos de carpe y haya. Originalmente ideado para los juegos galantes de los ociosos cortesanos, hoy es un lugar sugerente donde perderse.
Los Jardines del Palacio Real de la Granja son la obra de un rey que no quería reinar, que pese a su tristeza nos dejó este jardín alegre de su niñez, que nos recuerda que «la infancia es el patio en el que jugamos el resto de nuestra vida».



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Palacio Real de la Granja de San Ildefonso
Aunque parezca mentira, muchos madrileños, segovianos y abulenses aún no conocen el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. A pesar de su cercanía siempre ha sido un poco dejado de lado, quizás por que lo visitamos en una excursión de colegio la cual ya no nos acordamos o por no estar en nuestra lista de prioridades. O puede que sea el cochinillo segoviano tenga mas empuje… Excusas a parte, desde el mes de Abril hasta Octubre las fuentes del palacio se abren a las 17:30 generalmente, mojando a todos los visitantes que viene a admirar esta maravilla.





El Palacio Real de la Granja de San Ildefonso

Ya habían pasado mas de 20 años desde mi última visita al palacio real de la Granja de San Ildefonso. Paso por la zona infinidad de veces, no sólo para visitar Segovia, sino para hacer rutas de senderismo. Rutas como la ascensión al Reventón ó la ruta que lleva hasta el Peñalara desde la granja. De hecho he tenido que ser padre para poder programar una visita. Esos días en el que uno no puede perder el tiempo en casa cuando se tienen 2 bebes y te quedas solo 24h. La solución es visitar la Granja. Dar un largo paseo, calmar a las fieras y de paso revivir uno de los lugares mas fantásticos de la sierra de Guadarrama.





Un detalle importante y común en otros monumentos del patrimonio nacional, es la prohibición de tomar fotografías de sus interiores. Tampoco podemos entrar con mochilas voluminosas que tendrán que ser depositadas en las taquillas nada mas pasar el control de seguridad.

Visita al palacio de la Granja

Pagadas las entradas me conducieron a mi sólo con mis dos bebes a través de una instancia privada. El motivo era sencillo, un carro doble de bebés no sube escaleras ni pasa puertas estrechas y el ascensor especial así como las puertas especiales estaban cerrados bajo llave. Todo un detalle el disponer de un lugar con accesibilidad para todo tipo de visitantes. Un 10.





Terminamos en la sala de los Tapices donde comenzó mi visita. Desde allí me trasladé a las instancias reales terminando en una sala en la planta baja donde había una tienda de recuerdos así como un sala de arte con numerosos espejos y esculturas.





Los jardines y fuentes del palacio de la Granja de San Ildefonso

Con el buen sabor de boca dejado por los interiores del palacio, salimos al exterior. Son las 15:00 y hace un calor abrasador con 32 grados a la sombra. Los jardines de la Granja son realmente un gran bosque con decenas de fuentes de caminos por los cuatro costados, esto garantiza agua y sombra en su mayor parte
La primera fuente que visitamos fue la Fuente de la Fama. Está localizada al Sur-Oeste, justo a la izquierda de la entrada exterior o del mismo Palacio Real. Para ser la primera fuente que vemos en la Granja ya nos hacemos a la idea de lo impresionante que es el lugar. Mucha gente piensa que están construidas de bronce, pero realmente son de plomo y pintadas de color de bronce para evitar la corrosión. En Versalles hicieron lo mismo…





Siguiendo el camino en la misma dirección terminaremos en la fuente de los Baños de Diana. Inspirada en la mitología clásica como tantas otras. Es famosa por ser una tragona y no estoy hablando de Diana. Es la fuente que mas agua consume de todo el palacio.





Giramos 90 grados en dirección Sur-Este caminando por una cuesta de leve inclinación. Es el momento de llegar a la Fuente de las Ranas, nombre dado por las numerosas ranas de plomo que adornan la fuente. De todas maneras este nombre se podría otorgar a otras fuentes del palacio ya que estos anfibios acampan a sus anchas.





Seguimos el camino hasta obligarnos a girar a la izquierda y toparnos mas adelante con la fuente de la Taza Baja donde no muy lejos está su homónima fuente de la taza Alta.





Reconozco que las fuentes son muy bellas pero el lugar donde residen tiene un encanto especial. Es un jardín botánico, con infinidad de especies y donde uno se siente en plena naturaleza.

Si giramos a la derecha hasta el siguiente cruce y después a la izquierda llegaremos a la fuente del Canastillo. Una de las mas populares y que suele encenderse todos los veranos. Puede que la veamos pequeña, pero bajo esa modesta apariencia aguarda una potencia capaz de lanzar chorros a varios metros de altura y mojando a los visitantes a mas de 5 metros del mismo borde de la fuente.





Continuando el camino llegamos hasta una piscina sin fuente alguna, el llamado estanque cuadrado. Está situado en una de las zonas mas elevadas de los jardines de la Granja y por el comenzamos a bajar hasta dar con la fuente de las Tazas o Taza Alta. Como es muy similar a la baja no la prestamos mucha importancia y decidí seguir el camino a mi derecha hasta dar con las cascadas (sin agua) que hay en frente del palacio.





Nos situamos en frente del palacio de la Granja. Lugar de una de las imágenes mas conocidas del lugar y que lamentablemente no suele tener agua. Es de esas que encienden 3 veces al año para evitar su deterioro.





Son las 17:00 y me voy acercando a una de las entradas a los jardines y numerosos grupos de visitantes se acumulan en la sombra. Están esperando el encendido de alguna de las fuentes.





Este encendido no ocurre hasta 30 minutos mas adelante y lo van haciendo de una en una, por lo que aún me da tiempo a visitar una de las fuentes mas importantes de todo el palacio real de la Granja, la fuente de N
Y como no podía ser otra, Neptuno está sobre las aguas, una imagen realmente bella donde muchos visitantes pasan las horas muertas sentados en los bancos cercanos. Lástima que este día no estuviera encendida.





Por último y no por ello menos importante, la fuente de la Selva, también completamente sin agua y acostada en el extremo izquierdo del palacio.



Encendido de las fuentes del palacio de la Granja de San Ildefonso

Esta es la parte buena y mala según se mire. Buena porque tener la oportunidad de verlas con agua corriendo nos hace imaginar de como los reyes de la época vieron su residencia de verano mientras daban sus paseos a caballo.





Malo porque se llena de gente hasta cantidades que son exageradas. Es fácil ver alrededor de una sola fuente hasta casi cerca de 1000 personas. El motivo es sencillo, solo se abre las fuentes de una en una, hasta cuatro y solo una está encendida, por lo que corralitos de gente se juntan para ver cada una de las fuentes al mismo tiempo, sin tener la oportunidad de dispersarse.





Datos prácticos

¿Cuando ir al palacio de la Granja de San Ildefonso?

La primavera es sin duda la mejor época para visitarlo. Tanto la montaña como los jardines están de un frondoso verde y todas las flores están en su apogeo. Además varias fuentes son encendidas varios días a la semana.

¿Como llegar al palacio de la Granja de San Ildefonso?

Por suerte tenemos varias opciones, aunque la mas utilizada es el coche. El bus es otra de las opciones aunque necesita su tiempo…. La compañía “la Sepulvedana” tiene buses diarios de Madrid a Segovia y desde Segovia hasta San Ildefonso. Otra opción es tomar el tren regional o el AVE hasta Segovia y desde allí tomar el autobús.

¿Cuanto cuesta entrar en el palacio de la Granja de San Ildefonso?

El precio es de 9€ para la entrada al palacio y los jardines. 4€ si se desean ver solo los jardines.

Excursión desde Madrid a la Granja incluyendo Segovia

Una excursión muy completa es la que organiza Civitatis, que incluye el t

Uno de los lugares literarios de Castilla y León por excelencia es Segovia. Sus calles están repletas de historias y literatura. A lo largo de los años han sido muchos los escritores que han paseado por la ciudad del cochinillo, y muchos otros los que la han descrito en sus obras. Antonio Machado, por ejemplo, pasó una larga temporada en esta ciudad. La casa situada en la calle de los Desamparados en la que vivió durante varios años es hoy conocida como la Casa Museo Antonio Machado. Esta ciudad está también marcada por la impronta de otros grandes como Lope de Vega, que estuvo encarcelado en la prisión que hoy en día es la Biblioteca PúblicaSan Juan de la Cruz; o Santa Teresa de Jesús, que realizó su obra Las Moradas en el Convento de las Carmelitas Descalzas.




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